1. Hacen que sea más barato comprar "menús" que items individuales.
2. Usan olores artificiales para hacerte creer que estás hambriento cuando en realidad no lo estás.
3. Cambian el significado de palabras básicas, como "grande".
4. Saben que ver una comida "puede estimular un consumo no planeado", incluso cuando no tienes hambre.
5. Siguen añadiendo queso.
6. Transforman los porta-vasos en porta comidas.
7. Sus restaurantes están diseñados para hacernos comer muchísimo y demasiado rápido.
Todo lo que hay en un restaurante de comida rápida hace que limpiemos nuestras bandejas más rápido de lo que normalmente lo haríamos. El color rojo, la luz fuerte, el bullicio y el olor permanente nos hacen creer que estamos más hambrientos y apurados de lo que realmente estamos. (Y como todos ya lo sabemos, al comer demasiado rápido, se come demasiado).