Este chiquillo parece más preocupado por su chupo que por cualquier otra cosa; pero una cosa es cierta: tiene un fan canino completamente fiel.
Aquí está durmiendo una siesta con su mejor amigo. El niño todavía es muy pequeño, pero a ella no parece importarle.
Y aquí está durmiendo otra vez, pero a la perra no parece importarle el momento de descanso.
A medida que pasa el tiempo, los dos amigos se van acercando.
El niño empieza a sentarse y a aprender más sobre el mundo que lo rodea.¿Una cosa que no cambia?La perra está siempre a su lado.
Él le cuenta historias y ella siempre lo escucha.
Él le da besos y ella es paciente con sus manitos.
Él se pone a ver dibujos animados y ella siempre está dispuesta a pasar también la mañana relajadamente.
Él le cuenta al oído todo lo que no quiere que sus padres sepan, y ella siempre le guarda el secreto.
Ella de mala gana comparte sus juguetes.
Frase clave: de mala gana.
Pero a medida que él crece, ella sigue siendo paciente.Incluso cuando él decide montársele encima mientras ella trata de relajarse.
O cuando él empieza a abrazarla cuando ella preferiría quedarse tranquila esperando su comida.
Como recompensa, él siempre está dispuesto a compartir sus cómodas sábanas.
Y, por supuesto, a darle algunos besitos.
Y al final del día, estos dos siguen juntos.
Aunque él la despierte de su siesta.
O se niegue a compartir su comida con ella.
Pues al fin y al cabo, siempre se ayudan el uno al otro.
Después de todo, nadie la abraza o la escucha mejor.Son mejores amigos hasta el final.